martes, 29 de mayo de 2018

La Baja Edad Media

 La Baja Edad Media.

Algunos historiadores europeos del siglo XIX denominaron Edad Media a un período de casi mil años que se extiende desde la caída del Imperio Romano de Occidente (476) hasta la toma de Constantinopla por los turcos (1453), es decir, desde fin del mundo antiguo representado por la cultura greocorromana hasta las transformaciones producidas por el cierre de las rutas comerciales a Oriente. Esta edad histórica la podemos dividir en dos grandes etapas, la Alta Edad Media y la Baja Edad Media. En este artículo vamos a prestarle especial atención a esta última etapa.
A partir del año 1000 ocurrieron importantes cambios en la organización social de Europa Occidental. Este período que se denomina la Baja Edad Media, se caracterizó por la fragmentación del poder político, es decir que la aristocracia ejerció la justicia y la administración de sus propios territorios (feudos) y de este modo, se debilitó el poder del rey. Esta forma de organización social, política y económica basada en el feudo se denomina “feudalismo”, que se extiende desde el siglo XI al XV. Bajo este sistema, son los señores feudales los que poseen el poder público, que consiste entre otras cosas, en tener derecho a cobrar impuestos, acuñar moneda, asegurar la defensa y administrar la justicia. Todos estos poderes se denominan el “poder del ban” o “jurisdiccional”. Bajo un sistema feudal el poder del rey se encuentra debilitado, carece de autoridad en la práctica y los reinos constituyen conglomerados de jurisdicciones con lazos débiles.
Este sistema se garantizaba por medio de los lazos feudo-vasalláticos, que relacionaban en una cadena de obediencia y solidaridad a toda la aristocracia desde el rey hasta el último caballero, y se expresaban a través del juramento de vasallaje, donde un aristócrata de rango menor se ponía al servicio de un señor de mayor rango a cambio de su protección. Esta relación se formalizaba a través de una ceremonia denominada homenaje del vasallo (aristócrata de menor rango) hacia el señor (aristócrata de mayor rango) y del otorgamiento de un beneficio del señor al vasallo. Al tratarse de una relación entre hombres libres y cristianos, la mayoría de la población quedaba excluida de este sistema.
En esta sociedad feudal, la Iglesia jugó un papel fundamental, ya que durante toda la Edad Media la forma de pensamiento dominante fue el teocentrismo, es decir, que todo giraba alrededor de Dios, todo encontraba una explicación por medio de la Iglesia y ésta era la que monopolizaba el conocimiento. El mundo estaba determinado por la influencia que ejercían en la vida cotidiana la Iglesia y los señores feudales. No había posibilidades de viajar, conocer otras personas y otras formas de vida. La mayoría trabajaba de sol a sol y no tenía tiempo libre para practicar actividades creativas. Casi toda la población era analfabeta y el conocimiento estaba en manos de monjes y sacerdotes. Fue la Iglesia, quien por medio de la creación de la teoría de las tres órdenes logró justificar su poder y el de la aristocracia por sobre los demás sectores de la sociedad. Sociedad netamente estratificada, dividida en estamentos, que se diferencian de las clases sociales ya que no existe la posibilidad de movilidad entre uno y otro estamento. El más numeroso era el de los campesinos que vivían en las aldeas y que trabajaban en las tierras de la aristocracia en condición de siervos. Al referirnos a los siervos, nos referimos a la servidumbre, que consiste en una forma de trabajo forzado por la que el campesino quedaba sometido a la autoridad del señor de la tierra. Su libertad de trabajar, trasladarse, casarse o heredar sus bienes dependía de la voluntad del señor. Los campesinos pagaban una renta a los señores por el uso de las tierras. Ese pago lo realizaban con su trabajo, en especies o en dinero. Pero también debían realizar otras tareas, como acompañar al señor en sus viajes, trasportar sus bienes, construir caminos o repara edificios.
Durante la Edad Media, la vida se desarrolla principalmente en las áreas rurales, ya que muchas ciudades se habían despoblado luego de las crisis económicas y las invasiones bárbaras del los últimos años del imperio romano, y sus antiguos habitantes se habían refugiado en los señoríos , las tierras de los señores. De todos modos, durante los siglos XII y XIII, vamos a ver un resurgimiento de las ciudades debido al aumento demográfico, debido al aumento de la tasa de natalidad, la expansión agrícola, provocada por el crecimiento de la población y la intensificación del comercio, a larga distancia y producción de artesanías.
Hacia el siglo XIV vamos a ver el fin de este gran período de la historia de la humanidad en los que se conoce como la “Crisis del siglo XIV” provocada por la serie de malas cosechas, la Peste Negra, que provocó la muerte de un tercio de la población europea y a las guerras, principalmente la de los 100 años que enfrentó a Francia y e Inglaterra. Esta gran crisis provocó la falta de mano de obra, la disminución de la renta de los señores, provocó que muchas tierras fueran divididas en parcelas y entregadas a los campesinos a la vez que se fue reemplazando el pago de la renta en trabajo o en especie por el pago en dinero. Todo ello desembocó en la pérdida del poder político de los señores feudales, el fortalecimiento de las monarquías y cierta mejora en la vida campesina.

2 comentarios: